Más allá de su imponente superficie y sus posibilidades espaciales, esta propiedad representa un lienzo en blanco para los amantes de la arquitectura y el interiorismo que buscan crear un hogar verdaderamente único. Con techos altos, grandes ventanales y una distribución que invita a ser reinterpretada, el ático permite dar forma a un proyecto contemporáneo enmarcado en una envolvente clásica.

Incluye tres plazas de garaje —un activo excepcional en la zona—, un trastero de gran tamaño y servicio de conserjería en finca. La privacidad es total, con solo ocho vecinos en todo el edificio.

Aquí, el lujo no está en lo que ya está hecho, sino en lo que está por crear. Una residencia con alma que espera ser transformada en tu próxima gran obra.